5 comportamientos que demuestran que los peces son más inteligentes de lo que creíamos
- VALENTINA
- 19 nov 2017
- 2 Min. de lectura

A primera vista, la vida de un pez nos puede parecer insulsa o aburrida, pero lo cierto es que los peces pasan sus días huyendo de peces más grandes o persiguiendo a sus presas.
Esta constante vulnerabilidad a la que están sometidos y esa lucha por sobrevivir de la que son protagonistas les ha permitido evolucionar y desarrollar habilidades cognitivas que los convierten en una especie muy inteligente.
1. Reconocimiento visual

El cíclido del este de África (Julidochromis transcriptus) es un pequeño pez de aproximadamente siete centímetros de longitud. Pero su pequeño tamaño no le impide tener una gran habilidad: el reconocimiento visual.
Esta especie vive escondida en las rocas del lago Tanganica (uno de los lagos de agua dulce más grandes del mundo). Estudios han demostrado que ante la aparición de otro pez, una simple mirada le alcanza para reconocer patrones de color de la cara y diferenciar si se trata de un amigo o de un enemigo.
Pero este no es el único pez capaz de hacer un reconocimiento de este tipo, el pez de arroz japonés (Oryzias latipes) es capaz de diferenciar las caras en un proceso similar al de los humanos o primates.
2. Protección de sus crías

Si bien en el océano no es novedad que los peces se comen entre sí e incluso a sus crías, una especie ha aprendido a no comerse a sus hijos. Se trata del pez rivulus (Kryptolebias marmoratus) que a pesar de ser conocido por comer los huevos de sus pares, nunca se comerá los suyos.
Estudios han demostrado que el pez es capaz de reconocer a sus hijos, incluso cuando todavía son pequeños embriones. Curiosamente, esta notable habilidad los lleva a escupir los embriones si se trata de sus descendientes.
3. Trabajo en equipo

El pez payaso negro (Amphiprion polymnus) ha sido filmado por expertos, moviendo objetos del fondo del mar. ¿La razón? Esta especie suele hacer su hogar entre los tentáculos venenosos de la anémona alfombra (Stichodactyla gigantean) para protegerlos de los depredadores.
Estos peces usan toda su fuerza y trabajan en equipo para lograr empujar objetos de hasta 10 veces su propio peso.
4. Utilización de herramientas

La utilización de herramientas en primates y aves ya se ha comprobado, pero parece ser que los peces tampoco se quedan atrás.
El pez cabeza de oveja de California (SemicoSyphus pulcher) utiliza rocas para aplastar a las presas abiertas como los erizos o las almejas, a pesar de no tener ninguna extremidad que los ayude en la tarea.
El pez tigre de manchas negras (Choerodon schoenleinii) también utiliza las rocas para romper almejas abiertas.
5. Lenguaje corporal

Estudios también han revelado que el pez de caza utiliza el lenguaje corporal para sincronizar sus ataques y tiende a mover la cabeza en señal de acción. Este comportamiento no solo se ha observado en peces de arrecifes de coral, sino en especies de todo el mundo.
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